Un día hace algún tiempo estaba caminando
observando fijamente el piso, ensimismado en las cosas que no había podido
superar y que tuve en mente aún durante mucho tiempo después.
Iba y venía como ausente, como una sombra;
como un extraño, como un loco.
Repentinamente una sensación; “algo” me
observaba y rápidamente llamo mi atención.
Me detuve por un instante; respire
profundamente y estire un poco el cuello que, he de decir, lo tenía un poco
entumecido por mantener todo el día la cabeza baja; cerré los ojos fuertemente
y mientas levantaba el rostro los iba abriendo lentamente. ¿Cuál ha sido mi
sorpresa? mi hermosa sorpresa…
-Tonto de mí- pensé con una sonrisa
dibujada en el rostro. Desde
hace mucho tiempo y aún en estos días no sé por qué motivo olvide que estaban
ahí; Y me observaban como esperando a ser descubiertas nuevamente por mí.
Olvide cuan hermosas eran y que de niño podía pasar horas enteras admirándolas,
inventándoles nombres, dibujarles figuras; Podía incluso escaparme con una de
ellas e imaginarme volar con el corazón y los brazos abiertos; Que podía
esconderme o arroparme en ellas cuando alguna pena me afligía; cuando me sentía
débil; cuando me sentía vulnerable.
Desde aquel día no pasa un solo día que no
levante el rostro al cielo…
-Jeje, tonto de mí, ¡¿Como pude olvidar
mirar las estrellas?!-
¡Gracias! por mostrarme la luz en la
oscuridad.
Al-x Lion