jueves, 2 de octubre de 2014

Carta: Amar es liberar

He notado últimamente una gran falta de atención en tus asuntos, y que has comenzado a realizar otros por una inexplicable inercia cotidiana; Te he visto dudar y errar en asuntos tan sencillos y en otros que para ti serian algo realmente simple de realizar; He observado tu angustia y tu tristeza, incluso tu llanto aquellas noches en que pareciera que todo debiera terminar súbitamente pues ya nada tiene sentido; He visto cómo se enciende una idea a través de tu mirada, y como pierdes el ánimo casi al mismo instante de tenerla; He escuchado como imploras llegar a mí, al mismo tiempo que me has maldecido y me has odiado, en que me has negado y abandonado.

Reflexionando sobre la mentira que has optado por aceptar, quiero pensar que tienes opciones para creer en algo más; Si al final de todo, el pasado no es más que una historia que nos contamos a nosotros mismos una y otra vez, podemos cambiar esa historia y contarnos una que hable de la verdad; de nuestra verdad.

“¡Cuanto me ha dolido tu partida!” Te lo has dicho incesantemente por demasiado tiempo hasta que por fin has terminado por creer esa ridícula historia ¿Sería diferente si comenzaras a decir “Como me ha liberado tu partida”?...

Todos estamos ávidos de ser aceptados y amados tal como somos, sería bueno comenzar por aceptarnos y amarnos a nosotros mismos; porque ¿Cómo esperas ser reconocido como persona que se pueda amar, si no empiezas por reconocerte como alguien que merece amor y que sabe brindarse a sí mismo amor? ¿Crees que cuando la persona adecuada aparezca todo comenzara a andar natural? ¿De verdad crees esa patraña? Todo aquello que no te libera, está del lado opuesto de lo que es amar; Si lo estás reteniendo, es porque lo temes perder y jamás el temor será un benefactor del amor. Irónicamente aquello que temías perder, lo terminaste perdiendo y aquello que insistes en  llamar “amor”, no es más que una cadena en tu corazón como un pesado lastre que a cada paso lo lastima y lo aprisiona más. Esa cadena es la historia que te has querido contar a través de todos estos años. Esa cadena es aquella vieja historia del “porque todo término”; Esa cadena es aquella vieja historia del porque tu o aquella persona tuvo la culpa de todo lo que pasó; Esa cadena es aquella vieja historia del porque el amor solo lastima, del porque el amor solo destruye y solo hiere; Esa cadena es la misma que te dice cuan no eres suficiente. En realidad, esa cadena es tan solo el pretexto perfecto para justificar tu temor. Esa cadena es el castigo que tú mismo has decidido cargar por no sé qué afán de creer que el que ama de verdad sufre más. Debe ser así puesto que, en su momento, también decidiste imponer una serie de duras pruebas para que la otra persona demostrará finalmente su amor real por ti; puesto que, si tú sufrías por aquel amor ¿Por qué no debería la otra persona sufrir también?

Por alguna loca razón creíste que sufrir equivalía a amar, relacionaste lo uno con lo otro tan bien que comenzaste a pensar: “Me cela, me ama”, “me llora, me ama”, “se humilla, me ama” y todo ello porque tu celaste y lloraste y te humillaste. Jamás contaste con que no se puede oprimir al ser, no por mucho tiempo, menos para siempre. Tú mismo no pudiste permanecer oprimido por mucho tiempo, deseaste liberarte de esa cadena que te laceraba; pero al punto de liberar tu corazón, te acobardaste por temor a perder lo que creías poseer. Y durante mucho tiempo jugaste a lo mismo, que ambas partes terminaron por ceder; terminaron rindiéndose, pues todo esto no tenía solución ni sentido. Cada intento, cada regreso solo acrecentaba las viejas heridas.

Después, comenzaste a mirar al exterior; Intentaste evadir justo aquello que te causo dolor. Te protegiste en contra de todas las personas y sus conductas que te dieran un indicio de ir hacia el mismo camino que en el pasado te hirió; Tergiversaste tu experiencia del amor sin entender que no fue el amor lo que te había causado tal sufrimiento, sino tu interpretación del final de aquella relación. Evocas aquella historia para darle un sentido lógico al doloroso final: “Debe ser que no fui suficiente, seguro encontró algo mejor” “siempre es lo mismo, todas son así”. Y comenzaste a intensificar la vieja historia que vienes cargando en tu interior y te la has creído como una verdad absoluta.

Cuando expresamos nuestros más profundos sentimientos hacia otra persona, en automático quedamos expuestos y vulnerables. No hemos entendido que es precisamente ahí donde radica nuestra mayor fortaleza, en la misma vulnerabilidad. Una de las trampas más comunes es desarrollar esa imperiosa necesidad de tener que recibir una respuesta igual por parte de la otra persona; si no la recibimos nos sentimos poco o nada amados y/o valorados.
Cuando comienzas a expresar tu más profundo sentimiento sin la necesidad de recibir "algo" a cambio te liberas, y a su vez, liberas a la otra persona de la responsabilidad de tus sentimientos.
"Te amo libre"

¿Has notado que muchas personas huyen al amor? En realidad, no temen al amor; temen el aprisionamiento, el hastío, el hostigamiento. Lo que en realidad temen es la pérdida de su libertad ¿Por qué? Porque han creído que amar trata de reprimir, de enjaular, de monotorizar y excluir. ¿Y porque tienen esa creencia? **Porque temen; temen perder aquello que han amado, como en otras ocasiones les ha pasado, y por tanto comienzan a celar y son celados; comienzan a exigir mientras son exigidos; comienzan a dudar mientras ellos mismos son puestos en dudas por su amor. Evidentemente estas son emociones repulsivas, desagradables, que cualquier persona en su sano juicio quisiera evitar. Entonces, como veras, las personas no huyen del amor; huyen de la idea pre concebida, huyen de sus experiencias pasadas, huyen de la responsabilidad del amor de alguien más, huyen de sí mismos.

Cuando alguien te dice "te amo" comienzas a sentir una fuerte presión de corresponder aquel sentimiento; si la correspondes, no tienes problema en ser recíproco; sino, te sientes incómodo porque crees que **o ese amor no es suficiente o no eres suficiente. Como veras, otro problema es precisamente el de no saber recibir amor...

Todo se convierte en un círculo vicioso que tiene su origen en las ideas y conceptos que te han sido inculcados y que has fortalecido gracias a tus experiencias. Debes saber que tus ideas y conceptos no han sido reafirmados por tus experiencias, sino al revés. Tus experiencias son confirmaciones de tú creencia del amor. Una tarde de lluvia sigue siendo tan sólo una tarde más; eres tu quien decide si te quedas temblando en casa o salir a jugar; eres tú quién decide si es la tarde más triste de la vida, o la más dichosa; entonces, a partir de tú creencia comienzas a dar forma a tú experiencia. Esto es así con todo en tú vida. Quieres encontrar a la persona de tu vida, mientras tienes ideas pre concebidas acerca de las personas; algunas mujeres quieren encontrar al hombre de sus sueños, mientras piensan y predican que todos los hombres son iguales; algunos hombres desean encontrar a una buena mujer para establecerse mientras van por la vida queriendo acostarse con ellas. ¿Puedes verlo?... No es el amor lo que te ha lastimado, eres tú mismo y tus ideas de lo que crees que es el amor.
Convierte el circulo vicioso en uno virtuoso. Agradece el amor que recibes ya sea que lo correspondas o no. Brinda de buena gana el amor que das y sin pedir a cambio.
Amar es liberar, si claro, ¡pero liberarte a ti de ti mismo!

-R.F.S-



Escalera cielo

Escalera cielo
Jamás se venzan, jamás se rindan