Entender PORQUE hacemos lo que hacemos, PARA QUE lo
hacemos y estar consientes de las consecuencias que estas acciones conllevan (a
veces positivas, otras negativas) pueden ayudar, y en gran medida, a tener una
vida mas equilibrada, positiva, abundante y llena de vigor, entusiasmo y
congruencia.
Entender la raíz de algo que nos puede desagradar puede
ayudarnos a cambiar eso que no es agradable en nuestras vidas, y por ende, ser
dueños de nuestra propia felicidad. Entender que el problema no es lo que esta
afuera, si no como lo percibo y como lo re creo en mi propia realidad.
El orgullo, el ego, la ira y el miedo: Factores
primordiales para que un sueño se rompa invariable e indudablemente.
Entender PORQUE hacemos lo que hacemos y PARA QUE, puede
ser de mucha ayuda en los momentos más duros que la vida misma y nuestra propia
inconciencia nos han traído. Tan fácil o difícil como querer solucionar un
problema y no entender el problema mismo.
Entender el problema disuelve completamente el problema. Pero ¿Dónde se
encuentra el problema?...
He de confesar, querido lector, que hasta hace muy poco
tiempo (cuestión de unos meses) creía que el problema se encontraba en la otra
persona. Luego, admití que el problema era yo; comencé a culparme, a
reprocharme y evidentemente a menospreciarme a mi mismo.
No es cuestión de creer que el problema se encuentra en uno, es cuestión
de saber identificar el área de oportunidad, así mismo, DE OPORTUNIDAD. La
oportunidad de cambiar eso que no me gusta de mi mundo, de mi vida. Cambiar
aquello que me causa sufrimiento y que no me permite llegar a SER lo que quiero
o lo que yo sé que soy.
El miedo a la soledad, la dependencia hacia otra persona,
la falta de valores personales y, lo más importante, la falta de amor propio permearán
en su vida, convirtiéndole en una persona que no es.
Entender que el problema no es la falta de amor de los
demás, si no falta de amor propio. Esto nos brinda la oportunidad de poder
hacer algo en lo único que tenemos control en esta vida: Nosotros mismos. Pero
se necesita mucha humildad para aceptar que la responsabilidad recae en
nosotros y más aún para admitir que lo único que podemos cambiar es a nosotros
mismos. Es por eso que las personas que lo logran son tan admiradas. Se necesita
mucha humildad para admitir que siento celos por que soy una persona insegura.
Se necesita mucha humildad para admitir que ese carro de lujo lo quiero
solamente por tener un status social y para ser mejor que los demás. Se
necesita mucha humildad para admitir que no era amor, si no dependencia o apego
o soledad lo que realmente sentí. Y se necesita de mucho valor para dejar ir
aquello que nos causa sufrimiento y que no dejamos por aferrarnos a lo seguro,
a lo que “es”, a lo que ya conozco.
El primer paso es identificar porque pienso, digo y hago
lo que hago. ¿Es eso, acaso, lo que me ayuda a ser lo que quiero ser?...
Para aquellos que sienten un gran y profundo dolor por no
entender la situación en la que se encuentran, solo puedo preguntarles: ¿Qué es
lo que más quieres en la vida? ¿Por qué lo quieres (realmente)? ¿Cuánto vales y
cuanto te amas? ¿Qué es lo que realmente mereces?...
Entender que lo que te causa sufrimiento no proviene del
exterior sino del interior de uno mismo, es el primer paso para poder arrancar
el sufrimiento de nuestras vidas, y específicamente en el sentido puramente del
corazón, entender porque sufro por otra persona puede ayudarme a cambiar ese
sufrimiento y soltar lo que a mi vida ya no pertenece.
Te dejo este fragmento que un querido y apreciado amigo
me compartió:
Para que
sea amor hay que expresarlo!
Para que sea amor hay que intentarlo!
Para que sea amor hay que vivirlo!
Porque cuando sientes el amor te llenas
de ganas de vivir y
descubres que dentro de ti hay más cosas
buenas de lo que te
hubieras imaginado, porque cuando
encuentras a la persona correcta,
y ella te encuentra a ti, ambos crecen
día a día y se convierten en
mejores personas...
P.D. ¡Jamás se venzan, Jamás se rindan!
Al-x Lion
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